Retornar al país envueltos en bandera nacional

Bajaron del avión los entrenadores y jugadoras cubiertos cada cual con la bandera nacional.


El estimado camarada
Fue inmensa la emoción de ellos al verle a su arribo a la Patria.
He aquí una historia conmovedora.
Cuando la selección femenina nacional se había presentado en la final de dicho certamen, el estimado camarada
Aunque los asistentes habían tratado de protegerle con el paraguas, él se había expuesto con gusto a la lluvia, diciendo que se le consideraba esa lluvia como el confeti de votos por la victoria de nuestras futbolistas en la final de aquel día.
En la noche en que se realizó la final él vio en transmisión directa todo el proceso de la competición.
Al sonar el pito del árbitro que anunciaba el fin del juego, él, levantado de su asiento, exclamó con tono emotivo:
"Salimos victoriosos. ¡Qué bravas son nuestras jugadoras!
Me da inmensa gana de abrazar y llevar a cuestas a nuestras futbolistas y al entrenador decano."
A continuación, recomendó a los funcionarios realizar bien los preparativos para su acogida y hacer que al bajar del avión, ellos estuviesen cubiertos con la bandera nacional.
Y al día siguiente hizo enviarles las banderas.
Así fue como se extendió tal escena conmovedora.
Aquel suceso inolvidable estimula hoy también a nuestros deportistas a hacer flamear la bandera nacional en el alto cielo del mundo.